domingo, 7 de febrero de 2010

Empezando de cero

Caperucita, era una niña feliz, contenta, gorda... hasta que se encontró con el lobo que se comió a la abuelita. Caperucita vio como el lobo estaba gordo y panzudo, y se dio cuenta de que ella también lo estaba. Fue como verse en un espejo, pero sin embargo, ella no quería comerse a su abuelita, no, no, no podía. Tenía que buscar una solución, un remedio. Vagó por muchos lugares, conoció a la Bella Durmiente, quien se empeñó en darle una manzana que le había regalado una tan Blancanieves, sin embargo, eso no hizo más que aumentar su gordura, comenzó a hincharse, a parecer un globo, sus ropas ya no le servían, la Bella Durmiente la traicionó, y con ello su mundo se vino abajo definitivamente.

Pero ahora Caperucita, todavía tiene una esperanza, ha encontrado a una nueva amiga, se llama Ana, le ha dicho que encuentre a muchas princesas, para que cuando ella no esté, puedan ayudar a encontrarla de nuevo. Ana está segura de que Caperucita dejará de estar triste dentro de poco. Caperucita confía en Ana, sabe que ella nunca la abandonará ni la traicionará...





Y así comienza, espero, una larga amistad.

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